Mujeres migrantes, nuestras vecinas invisibles

2022-09-17 06:31:56 By : Ms. Rum Song

Profesor del Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaProfesor del departamento de Didáctica y Organización Escolar.Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaProfesor Dep.Periodismo.Especialista en Migraciones, Género y Comunicación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaProfesor Asistente Médico.Enfermería y MIGRAMED-GV (Máster Oficial en Migraciones, Mediación y Colectivos Vulnerables), Universidad de AlmeríaProfesor de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaDoctorado en Educación.Profesor del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko UnibertsitateaDoctora en Educación, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaProfesora Asociada del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLos autores no trabajan, consultan, poseen acciones ni reciben financiamiento de ninguna empresa u organización que se beneficiaría de este artículo, y no han revelado afiliaciones relevantes más allá de su cargo académico.Universidad del País Vasco / País Vasco Herriko Unibertsitatea financia como socio fundador de The Conversation ES.La Universidad de Almería aporta financiación como miembro de The Conversation ES.El sur de España se ha convertido en un gran productor hortícola internacional con el modelo de cultivo intensivo producido en invernadero.Almería (32 000 hectáreas) y Huelva (11 000 hectáreas) son las provincias con mayor producción.Es un trabajo realizado por migrantes, precario y mal pagado, en el que conviven trabajadores subcontratados y otros “sin papeles”.Esta situación, junto con la falta de alojamiento temporal, ha provocado la aparición de numerosos asentamientos chabolistas tanto en Almería como en Huelva.Las chozas están construidas con tarimas, cartón y plástico;están parados entre basura, sin electricidad ni agua corriente.Sin datos oficiales, se estima que unas 7 000 personas viven en los asentamientos de Almería y 5 000 en Huelva.Cada vez más mujeres viven en chabolas.La mayoría llegó a Huelva con contratos procedentes de Marruecos para trabajar la campaña agrícola y volver a casa.Pero su propio proceso migratorio, el incumplimiento de las condiciones pactadas o, incluso, situaciones de abuso sexual, las han llevado a abandonar estas explotaciones y terminar en asentamientos.La Organización Alianza por la Solidaridad–ActionAid ha abordado la realidad de estas mujeres en Níger (Almería) y Palos de la Frontera (Huelva);a través de sus historias hemos podido conocer la vida en los asentamientos y sus sueños para el futuro.Sus testimonios (usamos nombres ficticios) hablan de sueños no cumplidos y del contraste con la realidad que ahora sufren.“Siempre pensé que en España lo era todo.he sufrido mucho;para buscar trabajo, papeles, para todo.Nunca me imaginé viviendo en una choza”, dice Rachida.“Vivir en un barrio pobre es muy duro.Llevo cuatro días sin luz y aunque compres comida te enfermas, tenemos que traer agua de lejos y no puedes beber”, explica Fátima.Son mujeres fuertes y luchadoras, cuyas dificultades se agravan por ser mujeres: las madres con hijos tienen movilidad restringida, para las irregulares el trabajo más accesible son los invernaderos, pero los agricultores las perciben como menos capaces que los hombres.En algunos casos, nos han dicho que les ofrecen trabajo a cambio de sexo.La falta de recursos y la extrema necesidad han obligado a algunas mujeres a ejercer la prostitución, como nos revela Nayat:“Te prostituyes porque no te queda otra.Me he encontrado incapaz de comer;Yo mismo vendo mi aliento, es difícil”.Los materiales de las chozas, las conexiones eléctricas y los métodos de calefacción hacen que los incendios sean frecuentes.En los incendios pierden sus pocas pertenencias, aunque el principal temor es que se queme la documentación o “pruebas” que van acumulando para conseguir la regularización.Anisah nos cuenta su experiencia:“Salimos del fuego con todo listo.Agarré a mis hijos y salí corriendo, solo con la mochila con los papeles.Los papeles son lo importante: se puede quemar la chabola, pero no los papeles”.El objetivo de todos es tener “papeles”, tener un permiso de residencia legal en España para poder mejorar su vida;“trabajar sin contrato es muy duro y hay que hacerlo, cuando tengas papeles todo irá mejor”, afirma Amina.La opción más utilizada para conseguir los papeles es el “raíz social”, para lo que se necesita acreditar tres años viviendo en España.Lo pueden acreditar con el censo, una oferta de trabajo, un certificado de integración social o algún tipo de vínculo familiar en el país.Pero ayuntamientos como Níger o Palos de la Frontera incumplen la Ley al negarles el derecho a ser vecinos por vivir en una chabola.Vecinos, vivan donde vivan es el título del estudio recientemente publicado que presenta un diagnóstico de las condiciones en que viven estas mujeres en las favelas.Y un documental, del mismo título, en el que se muestran las dificultades para su regularización, que les condenan a vivir en los barrios marginales y, además, limitan su desarrollo personal.Por lo tanto, es urgente que se cumpla la legislación vigente y que se inscriban en las chabolas donde viven.A partir de este caso concreto se ha planteado una propuesta de colaboración entre la Universidad de Almería, la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea y la plataforma social vasca para la defensa de las personas migrantes y refugiadas Ongi Etorri Errefuxiatuak, con el objetivo de dar a conocer esta realidad. y compartirlo con profesores y alumnos de la Licenciatura en Educación Social.La intervención socioeducativa a realizar consistirá en diferentes actividades que tendrán como eje común las situaciones de injusticia y desigualdad que viven los protagonistas del documental, así como la participación en espacios de debate sobre solidaridad, inclusión, regularización y derechos humanos.El agente doble de la Guerra Fría abandonado por las agencias de espionaje por las que arriesgó su vida: VictoriaPolítica con Michelle Grattan Podcast - Territorio de la Capital AustralianaPodcast sobre la ciencia de una audición saludable — Subiaco, Australia OccidentalMaestría Ejecutiva en Administración Pública - Curso, VictoriaCuarta Trienal Nacional de Arte Indígena: Ceremonia — Brisbane, QueenslandCopyright © 2010–2022, The Conversation Media Group Ltd. 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