"El problema estructural de la carretera es más la productividad que la falta de conductores" – El Mercantil

2022-09-10 07:19:34 By : Mr. Antares Chou

La compañía portuguesa de transporte y logística Luís Simões cuenta con una trayectoria de más de 70 años de actividad en la Península Ibérica. Logró un volumen de negocio de 241 millones de euros en 2021, una cifra próxima a sus ingresos prepandémicos, y su flota gestionada superó los 1.600 vehículos pesados. El presidente de su consejo de administración, José Luís Simões, repasa los desafíos que afronta el sector en la actualidad y pone a la transformación digital y a la automatización como principales vectores para mejorar la productividad y responder a la demanda en los próximos años. Aunque reconoce la escasez de conductores, considera que, hoy día, “la cantidad de vehículos que están parados a la espera de que les den orden de cargar o descargar son suficientes para cubrir las necesidades”. A pesar de las dinámicas de concentración empresarial, el grupo familiar confía en su crecimiento orgánico y descarta operaciones en este sentido.

¿Cómo ve la actual situación del transporte y la logística en la Península Ibérica y, especialmente, en el caso de España?

Estamos pagando por décadas de descalificación del trabajo del conductor y del transportista, por parte de las autoridades, de las administraciones públicas y de los cargadores. No todos estaban preparados para las exigencias que hemos comentado. Como resultado, no hay medios suficientes para responder a las necesidades, lo que ha causado un problema de oferta y demanda. Las multinacionales han comprado camiones, pero la solución no es adquirir más vehículos, sino tener mejores procesos. La cantidad de vehículos que están en este momento parados a la espera de que les den orden de cargar o descargar son suficientes para cubrir las necesidades del mercado. Por tanto, es un problema de gestión y de productividad más que de falta de conductores, que, por supuesto, existe. De hecho, también faltan profesionales en otros sectores como hostelería o construcción. Creemos que la digitalización va a mejorar las condiciones, todos nos podremos conectar y eso va a permitir que, en tiempo real, se pueda ajustar y va a mejorar la calidad de la productividad. 

¿De qué manera puede afectar la situación de incertidumbre e inestabilidad en el transporte por carretera al futuro del sector en España?

Hay que encontrar una forma de desarrollo sostenible para evitar que los transportistas tengan que pagar para trabajar. Cuando solucionemos esto y las administraciones públicas entiendan que es un tema de mercado, ya que ha sido uno de los últimos sectores liberalizados, España tiene una capacidad de producción muy grande que necesita de hoy para mañana de miles de camiones de diferencia de un día para otro. Por ejemplo, en el Mediterráneo, en la temporada de fruta, necesitamos de un día a otro mil camiones más y es cuando el mercado encuentra soluciones. El problema es que no hay organizaciones y empresas capaces de responder a esa necesidad.

¿Cómo están afrontando la escasez de conductores? ¿Se ha convertido en un problema estructural del transporte por carretera?

No. El problema estructural del transporte por carretera es la productividad, no es la falta de conductores. Hay falta de conductores como faltan profesionales en otros sectores. Hay que respetar a los conductores y crear condiciones para que puedan trabajar. Las empresas debemos formar a los conductores en tecnología, en digitalización, gestión de unidades de negocio, la estiba de una carga, y no solo en la conducción de un camión. Hay mucho conocimiento para impartir que prepara a los conductores para ser más productivos, para no tener vehículos parados. El que conduce un camión lo hace por vocación, tiene pasión por el camión y por la carretera, pero deben ser respetados por la sociedad, en los lugares de carga y descarga y por las autoridades. En las plataformas, hay que gestionar personas y no muelles de carga o palets. En los últimos años, se ha tenido una conciencia y un progreso como no he visto en los 60 años de profesión.

¿Cuál es su visión acerca del impulso que se está dando al transporte ferroviario?

El transporte ferroviario es absolutamente determinante para el desarrollo de un país. El ferrocarril es determinante, pero no para todo. Es necesario un mejor ferrocarril, en organización y capacidad de respuesta acorde a la época en que vivimos. Para mandar un nuevo tren desde Lisboa a Catalunya, necesitamos de nueve meses para obtener la licencia, cuando en unos minutos encuentro un camión que lo haga. Hay mucho por mejorar, aunque ahora sí que parece que están comprometidos y van a encontrar algunas soluciones estructurales para permitir que el ferrocarril sea más útil y ayude a crear una cadena de suministro más competitiva.

¿Son las autopistas ferroviarias una opción para Luís Simões?

En cuanto a las autopistas ferroviarias, me gusta que haya operadores que lo sepan hacer. Nosotros ya probamos dos o tres líneas ferroviarias en Portugal, pero no continuamos. Entendemos que sabemos poco de esa complejidad que es depender de todo para hacer una operación, cuando en transporte por carretera, dependemos de nosotros. 

¿Cuál ha sido la evolución de la compañía en todas sus actividades en el primer semestre de 2022?

No se han producido tantas restricciones de movilidad, pero hemos tenido dos desagradables sorpresas: la guerra, con todo su impacto, y la inflación, originada en parte por la guerra. Las necesidades de los clientes y el aumento significativo de la demanda ha llevado a que este año haya más presión desde la producción hasta el consumo y es necesario garantizar los conceptos para que el producto llegue bien a las tiendas. En este contexto, hemos encontrado soluciones a los clientes y nos hemos ajustado en ocasiones en coste y otras en precio. Estamos trabajando para bajar el coste para que la inflación no se repercuta completamente en el producto final.

¿Qué perspectivas tiene la compañía de cara a la segunda mitad del ejercicio?

Tendremos dos periodos distintos en este segundo semestre. En verano, nos hemos impulsado por el turismo, lo que es bueno para la economía. Se ha recuperado en la Península Ibérica con cifras previas a la pandemia y se ha descentralizado bastante el foco turístico de las playas hacia todo el territorio, lo que es importante para la cadena de suministro. De esta forma, la distribución es más homogénea en todo el territorio y nos permite encontrar soluciones. Más allá del periodo estival, vamos a asistir a un enfriamiento de la economía por problemas energéticos, de inflación o de costes de capital altos. No creo que todos estén preparados para afrontar esa dinámica.

Estamos asistiendo en los últimos meses y años a grandes operaciones de compra de empresas de transporte como las de El Mosca, Acotral, Primafrio… Se están consolidando grupos y creo que ahí habrá sorpresas. A nuestro favor juega que estamos aquí ya hace 70 años y resistimos a las tentativas.

En las actuales circunstancias del mercado del transporte por carretera, ¿prevé entonces oportunidades para fusiones o adquisiciones de empresas?

No tenemos necesidad de crecer tanto como los demás. Tenemos una máxima que nos tranquiliza. Cuando tenemos a los principales clientes en nuestras naves y operaciones, sentimos que podemos estar cumpliendo nuestra misión de ser los mejores.

¿Cómo está afectando la actual coyuntura (inflación, incremento de precios de la energía y combustibles) a la actividad y la evolución de la compañía?

Está afectando bastante. Nos encontramos en una realidad para la que nadie estaba preparado. Proveedores y clientes tenemos que trabajar duro, no solo para encontrar soluciones operativas, sino para mejorar la diferencia competitiva de los clientes. Algunas veces se trata más de servicio, otras de sistemas, algunas veces más capacidad y otras de más diálogo. Todo esto ocupa mucho más a las personas. Estamos trabajando duro con todos para encontrar las soluciones necesarias para adaptarnos a la situación. Sin embargo, todo cambia a tal velocidad que no es seguro que seis meses después sean útiles. Además, el problema de la energía es brutal y no es justo porque, aparentemente, viene motivado por una situación irreal de costes de la energía y los combustibles.

¿Qué proyectos e inversiones tienen previstos de cara al segundo semestre y al próximo año?

Todo está impulsado por la transformación digital. Esto es muy exigente, demanda aplicaciones, desarrollos, cambios de comportamiento y culturales que no solo afectan a nuestra empresa, sino que tienen que ser transversales y algunas veces de ecosistema. Los sistemas deben ser más fuertes para resistir ataques. Todo lo demás viene detrás: inversiones en energía, vehículos más sostenibles… Nuestras inversiones van en el rango de entre 10 y 30 millones de euros anuales, algunos ejercicios más cerca de los 10 millones y otros más hacia los 30 millones. El plan de inversiones del próximo año aún no está definido.

¿Qué actuaciones en el campo de la innovación y la sostenibilidad están afrontando?

En este momento, nuestro objetivo es automatizar más las operaciones de tareas en las plataformas logísticas y los procesos de carga y descarga como complemento de las personas y no para sustituirlas. Es muy importante, porque necesitamos que las personas tengan más capacidad de crear valor y, para ello, tienen que tener más formación, talento, lo que les permite contar con mejores salarios. En lo referente a la sostenibilidad, estamos implicados en el compromiso de contar con cero emisiones de carbono entre 2033 y 2034. Estamos construyendo nuestra estructura a largo plazo, con objetivos concretos cada dos años.